lunes, 2 de julio de 2012

Apuntes sobre la r-evolución digital en el mercado editorial


Silvia Clemares 
Hace ya algún tiempo que las eternas y dogmáticas discusiones entre defensores del libro impreso y del libro digital han ido atenuándose.  Aquellos blogueros, periodistas, empresarios, escritores, profesores, editores o tecnólogos que, desde la última década del siglo pasado y diferentes lugares de España, hablaban de los cambios digitales en el tratamiento de los contenidos y de la comunicación en el ámbito editorial; que presentaban un discurso repleto de  “incomprensibles” palabras y que incluso eran denostados por ciertas organizaciones y asociaciones  biempensantes; han podido ver como sus proyectos empresariales, ideas y visiones se han ido absorbiendo o normalizando dentro de la corriente dominante.

Páginas web, blogs, redes sociales, sindicación de contenidos, venta en la red,  libros digitales, formatos, metadatos, impresión bajo demanda, derechos digitales, ePub, DRM,  tinta electrónica, lectores de libros digitales, tabletas, teléfonos inteligentes, contenido enriquecido, lectura social y en la nube, apps … son palabras de un vocabulario que se ha desarrollado y  hemos adoptado como parte de esta dimensión digital.
En el ámbito editorial, la reacción ante este nuevo reto ha sido dispar:
-    Editores que conocen perfectamente el modelo de negocio con el libro impreso y no piensan entrar en el negocio del libro digital.
-    Editores que están esperando a que el ámbito digital “se defina” para entrar en él.
-    Editores que están explorando el ámbito digital, tratando de encontrar modelos de negocio y adaptando progresivamente su estructura empresarial.

Pero en general, en pleno 2012, gran parte de las editoriales generalistas españolas que no han nacido digitales (1) tienen, se plantean o protegen (con la negociación de los derechos digitales) un proyecto de comercialización de contenidos digitales. (2)  El cambio de actitud, especialmente durante este último año, puede ser atribuible a diversos factores:
-    Un mayor conocimiento y uso de internet y del entorno digital (¿quién no busca información en internet, reserva el mejor hotel según las recomendaciones de los usuarios, localiza el ejemplar de un libro, recupera un vídeo o comparte en alguna de las redes sociales?);
-    Las informaciones de editores internacionales (especialmente estadounidenses y británicos) sobre el crecimiento exponencial del  impacto de la venta de libros digitales en sus cuentas de resultados (3)
-    La crisis general del sector y la caída en las ventas de libros impresos (4)
-    Presencia y/o lanzamiento en España de ecosistemas o plataformas de comercialización globales o de iniciativas locales (5)

No obstante, exceptuando contados ejemplos (desarrollo de ciertas apps con contenido enriquecido–especialmente para el entorno Apple-, fragmentación de contenido -como por ejemplo libros vendidos por capítulos-, nuevos formatos cortos, etc.) (6),  las ediciones digitales están aún centradas en la reproducción simétrica del contenido impreso.  Incluso cuando analizamos los procesos editoriales internos y las listas de precios digitales, la referencia continúa siendo el libro impreso y, a pesar de la crisis y la necesidad flagrante de reducción de costes, la reconversión digital de los procesos editoriales no está siendo prioritaria.
En buena parte de las editoriales generalistas tradicionales aún no se ha realizado la transformación  del proceso de producción, es decir, el contenido tratado al margen del continente (7).  La conversión a formatos digitales se ha añadido al final del proceso de producción editorial constituyendo un coste añadido a los costes de producción tradicionales.  Para una mayor eficiencia de los recursos (tanto humanos como los generados por la creación interna), el contenido a nivel de producción ha de estar organizado en una gran base de datos en la que sus diversos componentes se utilizan y articulan en función del requisito: modalidades de impresión, alimentación de diversas páginas web (propia, de colaboradores, medios, autores, redes sociales, etc.), transformación a n formatos digitales (8), fragmentación y reorganización del contenido (por ejemplo, un cuento  que transcurre en París y escrito por un escritor ruso puede formar parte tanto de una antología de cuentos de  escritores rusos como de una recopilación de cuentos que suceden en París), etc.
A medio y largo plazo, para las editoriales, el coste económico de no implementar un proceso de producción digital es muy alto ya que para cada formato (tanto impreso como digital), para cada web (propia o externa), para cada actualización (nuevas portadas, actualización de las biografías de los autores, etc.) se duplican, triplican, cuadriplican las mismas tareas.   Con un proceso editorial digital, la gestión del contenido líquido es mucho más eficaz y, con una buena organización del contenido, se abren nuevas ideas para la recuperación, relanzamiento y reinvención del fondo editorial disponible.
El entorno digital está en constante cambio,  las pantallas en las que leemos se renuevan permanentemente (medidas, materiales, dispositivos, etc.) al igual que los formatos de los libros digitales.  Porque a pesar de que en el 2007 el IDPF (9) estableció el ePub como el formato estándar abierto en la edición digital (el mismo año del lanzamiento del lector Kindle con su formato homónimo cerrado y propietario), la realidad es que los ePubs necesitan optimizaciones para las diversas plataformas y dispositivos principales y controles de calidad permanentes para mejorar la experiencia de lectura.  Al igual que se revisa un libro impreso recién llegado de la imprenta, lo mismo ha de ser para el control de calidad de los libros digitales porque no se visualiza ni lee igual en cada una de las apps de lectura del entorno Apple y Android, ni en un lector Kobo, Tagus, Sony, Kindle o Nook.   Con el ePub3, la última revisión del estándar aprobada en Octubre 2011,  la inclusión de contenidos enriquecidos y multimedia (video, audio, tablas, etc.) será mucho más fácil pero, al incrementar los objetos digitales, aumentará la complejidad de su gestión y revisión.    De la misma manera, cada plataforma requiere los metadatos de los títulos con unas características diferentes.  La gestión de metadatos y de archivos y esta renovación tecnológica permanente requiere tomar la decisión de si compensa mantener toda esta gestión internamente o es mejor externalizarla (10).
En el ámbito digital los libros se pueden comercializar en todo el mundo siempre que se disponga de derechos digitales mundiales.  Como todo se está definiendo y el proceso de aprendizaje es permanente, como más títulos diferentes, más plataformas y en más proyectos se participe, más información se obtendrá del perfil del lector, sus gustos y  hábitos de compra, por qué y cuando lee, etc. y más se podrá entender la propia audiencia. El estudio de las analíticas permite conocer la comunidad, saber qué editar y dónde invertir para conseguir los mejores resultados.
Cuando la comercialización se plantea a nivel global, más allá de territorios con leyes de precio fijo, es necesario analizar la estrategia comercial a seguir.  Hay dos modalidades contractuales principales: agencia y mayorista (11). En el modelo agencia (12), el canal comercial actúa como agente del editor.   El canal recibe un porcentaje de la venta pero no puede cambiar el precio establecido por el editor. Los editores deciden el precio de venta al público del libro digital (13). En el modelo mayorista el editor establece un precio recomendado por el que vende los libros digitales al canal comercial, el canal fija el precio de venta al público cobrando todo, parte, nada o a pérdidas (14)el descuento acordado con el editor.   Al margen de estrategias más creativas como el community pricing o el precio escogido por la comunidad del editor(15)>, establecer el precio óptimo del libro digital – el equilibrio entre lo que se está dispuesto a pagar por un libro digital y el resultado positivo en la cuenta de resultados- no es una tarea fácil.  En muchos casos, el precio de los libros digitales, especialmente en las novedades, se marca o en función del precio de la edición impresa (entre un 20 y un 40% menos) o como un precio ya definido de antemano (por ejemplo, todos a 9,99€) pero en pocos casos se trata de una forma dinámica. La mayoría de ventas de una novedad en digital se produce en los primeros 120 días, el editor que lanza una novedad en digital y no funciona ha de reaccionar rápido para actuar en el precio e intentar dinamizar la venta.  Y al revés, un acontecimiento puede desencadenar un inusitado interés por un libro que permita un ajuste del precio. El precio también es una herramienta de promoción (Anagrama – y Edicions 62 en catalán – vendió la novedad Diario de invierno de Paul Auster a 10,99€ durante trece días antes de la venta del formato en papel, para después fijarlo a 14,99€) (16).  Una lista de precios digital “abandonada” puede tener precios de libros digitales más altos que la versión impresa del libro.  A diferencia de la lista de precios de los libros impresos que es mucho más estática, el precio de los libros digitales puede llegar a ser muy dinámica porque la información y capacidad de reacción puede ser inmediata.  Si los metadatos se trabajan en ONIX, se puede cambiar precios en todas las plataformas de venta casi de un día para otro.
Diversas tendencias que veremos desarrollarse y ampliarse en el ámbito digital son la convergencia de formatos (texto, audio, video, etc.) (17) y la lectura social con el libro en el centro de las conversaciones.  En ninguno de los dos casos no quiere decir que el proceso de lectura envolvente e individual no sea posible, pero el contenido inicial (el libro) se enriquece con otros lenguajes o con las aportaciones de la comunidad en la red (18).
Hasta ahora, los libros generalistas más vendidos en digital son ficción pero con el aumento exponencial en el número de tabletas y la adopción del ePub3 la posibilidad de incrementar las ventas en no ficción, libros infantiles, cómics y otros géneros será muy importante.
Decisiones como el uso o no del DRM.  Las críticas a la dificultad en el proceso de compra y de descarga del libro digital en librerías digitales que no tienen su propio ecosistema han sido mayormente a causa de la implementación del DRM de Adobe. Aparte del coste económico (en muchos casos el DRM tiene un coste para el editor), crea una barrera con los usos que del libro digital hace el lector.  De la misma manera que el DRM casi ha desaparecido en el ámbito de la música, en el mundo del libro será uno de los debates (19).
Aparición, evolución y testeo de nuevos modelos de consumo y negocios digitales.  Ejemplos como el de la editorial Rosenfeld Media de los EEUU (20)que publica cada título en cinco formatos (tapa dura, PDF optimizado para impresión, PDF optimizado para pantalla, ePub y MOBI) todos sin DRM y enbundles o paquetes de formatos para adaptarse a las necesidades de lectura de los clientes y sus dispositivos.  No únicamente la descarga sino que otras formas de consumo como el acceso  por suscripción a libros digitales en la nube es otro modelo que en España han promovido 24symbols y Booquo.  Nuevas fórmulas son el crowdfunding (21) o buscar financiación en la comunidad y escribir los libros después de encontrar financiación (22 – Unbound) en la red.  O libros enriquecidos con bandas sonoras como Booktrack (23).  Un universo de posibilidades.
Por último y quizás la más inquietante es la desintermediación, redefinición de la cadena del libro y la entrada de nuevos actores. En España, a principios del 2009,  ya vimos un ejemplo de desintermediación cuando la agente literaria Carmen Balcells comercializó directamente los libros digitales de sus autores prescindiendo de editores tradicionales (24). La agencia literaria Ed Victor ha creado Bedford Square Books, una editorial de libros digitales y de impresión digital bajo demanda para ofrecer libros descatalogados y títulos que los editores tradicionales no quieren publicar.  Amazon tiene diversos sellos editoriales como Montlake Romance de novela romántica, Thomas & Mercer de novela negra y suspense y 47North de novela de terror y ciencia ficción.  Y un sinfín de periódicos, como El País o La Vanguardia, publican sus artículos y reportajes en formato de libro digital.
Los títulos autopublicados representan el 10% de la venta de libros digitales y es la opción que J.K. Rowling anunció para su incursión en digital(25). Empresas tipo Lulu o Bubok en España ofrecen plataformas de servicios y de comercialización de libros digitales autoeditados. Barnes&Noble con Pub-it o Kindle con su Direct Publishing Platform  son otros ejemplos de plataformas exitosas de autoedición. Pero incluso editores como Penguin crean Book Country, una plataforma de autoedición de novelas de género que incluye la posibilidad de evaluación del proceso de escritura por parte de escritores y lectores.
Los ejemplos y análisis de esta r-evolución digital son interminables. Pero esta época de indefinición, cambios y ensayo-error permanentes no ha hecho más que empezar. No existen hojas de rutas a largo plazo pero si ha de haber una voluntad de experimentar, explorar, investigar, descubrir, compartir y aprender.  Son tiempos que requieren de humildad y valentía para empezar de cero, aceptar la propia ignorancia y enfrentar los cambios inevitables.  Como así han demostrado los pioneros digitales de este país.
Sílvia Clemares

Delegada de Kobo en España

Artículo publicado también en la Revista trama & TEXTURAS
————————————————————————————————————————
NOTAS:
(1)
Algunos ejemplos de editoriales nacidas digitales son Red Ediciones, Tria, Ganso y Pulpo, Musa a las 9, La Tortuga Casiopea, Editorial Intangible, etc.
(2)
Información detallada en 2ª encuesta del libro digital en España:http://www.dilve.es/dilve/dilveweb/dilve_noticias_dest.jsp?tipo=dest#texto_841
(3)
Según las declaraciones en la Feria del Libro de Londres 2011 de Brian Murray, CEO de HarperCollins, para algunos títulos la venta de libro digital representó el 50% del total de la venta.  Asimismo, en el 2011 y en relación al año anterior se incrementaron las ganancias por la venta de libros digitales en un 270% y únicamente el día de Navidad se descargaron más de 100.000 libros digitales  http://goodereader.com/blog/e-book-news/harper-collins-sees-270-growth-on-ebooks/
Según cifras de 77 editores de la Asociación de Editores Americanos (AAP), el incremento de la venta de libros digitales durante el 2011 ha sido del 117,3% en relación al año anterior  http://www.teleread.com/paul-biba/ebook-sales-up-but-slower-net-book-sales-fall/.  Durante el 2011 en EEUU los ingresos de Penguin por la venta de  libros digitales ha doblado la cifra del año anterior  http://www.mediabistro.com/ebooknewser/category/publishers.
(5)
Apple, Amazon, Google eBooks, Kobo, Barnes & Noble, The Copia, Casa del Libro, Booquo, etc.
(6)
En Debate de Random House Mondadori es una colección exclusiva en digital de artículos de 10.000 palabras a menos de 2€).  Los libros Empresa en la web 2.0 de Javier Celaya (Gestión 2000) y Benvingut al món real de Sandro Rosell (Columna) han sido publicados en digital también por capítulos.
(7)
Por ejemplo bajo un proceso de producción en XML
(8)
Algunos formatos son el ePub y sus variaciones como el fixed layout ePub o el ePub3 que permite incorporar interactividad (Javascript, video, audio y puede ser exportado desde inDesign), PDF optimizado para pantalla de 6 pulgadas, Mobi/Kindle, etc.
(9)
International Digital Publishing Forum o  Foro Internacional de Edición Digital,http://idpf.org/ establece los estándares para la edición digital.
(10)
Empresas como Ingram o CodeMantra o en España  Libranda, Publidisa, Edi.cat, Amabook, 36L, Esdecómic, Ibuksgrup, Leer-e, Libenet, etc.
(11)
Mike Shatzkin en su blog idealog.com ofrece dos interesantes perspectivas sobre estos dos modelos:

(12)
Popularizado por Steve Jobs en sus negociaciones con las principales editoriales norteamericanas para el lanzamiento de la Apple iBookstore y poder competir con el Kindle de Amazon que ya tenía una cuota de mercado muy amplia.
(13)
En EEUU, editoriales que siguen este modelo son Smashwords, Random House,  Hachette, HarperCollins, Penguin, Simon & Schuster, Macmillan, Canongate, etc.
(14)
En 2007 para el lanzamiento de Kindle en EEUU, con los precios de las novedades a menos de 10$, Amazon vendía los libros digitales a pérdidas.
(15):
Un ejemplo muy exitoso es el de la editorial religiosa Logos:http://www.logos.com/communitypricing/about
(17)
La app para iPhone de The Death of Bunny Munro de Nick Cave de Enhanced Editions dio la vuelta al mundo como ejemplo de como enriquecer exquisitamente contenidos http://www.enhanced-editions.com/
(18)
Kobo, empresa pionera en lectura social, ha incluido “Kobo Pulse” una herramienta que permite compartir comentarios y valoraciones de los libros entre los más de sus siete millones de usuarios.
(19)
Algunas editoriales digitales independientes no utilizan DRM pero lo que ha iniciado un debate más amplio ha sido la supresión del DRM por parte de un grupo editorial (Ediciones B a través de su sello digital B de Books,http://www.bdebooks.es/info/index.php)
(21)
Lorenzo Silva a través de la red social libros.com ha buscado financiación para editar Los trabajos y los días  http://www.abc.es/20120221/cultura-libros/abci-lorenzo-silva-crowdfunding-201202211043.html
(23)
En asociación con editoriales como HarperCollins, Full Fathom Five y las productoras musicales Sony/ATV Music Publishing y Park Road Post incluye clásicos universales como Las aventuras de Huckleberry Finn, JaneEyre, Romeo y Julieta, Los tres mosqueteros y obras de Salman Rushdie y Jay McInerney. http://booktrack-stage.serveronline.net/

0 comentarios:

Publicar un comentario